Pues sí, cómo pasa el tiempo, ya 4 años!
Parece que fue ayer el momento en el que entré por primera vez al CERBUNA. Las llaves de la 201 cayeron en mis manos, no sabía dónde estaba entrando ni cómo este sitio iba a poder cambiar tanto mi vida.
La primera vez que ves una habitación de este Mayor, no te dice nada. Una simple habitación: una cama, una mesa, un par de sillas verdes, un lavabo, un espejo, una estantería y un armario. Eso es todo. Sin embargo ahora todo eso ha cambiado. Estas cuatro paredes desde las que estoy escribiendo son cuatro años de recuerdos.
La 201 me recuerda a todo un año lleno de ilusiones y sorpresas. Un año en el que cada día que te despertabas, ibas encontrando cosas nuevas. La tercera se encargaba de ir pegando carteles de fiestas y fiestas. Yo encantada. Pero a la vez me preguntaba qué pensarían mis padres si supieran lo que realmente se hacía en este Mayor.
Primero fue un año muy especial, en el que fui conociéndoos. Primeras fiestas juntos, primeros exámenes juntos y… primera despedida juntos. La despedida de primero dio pena, pero solo iban a ser 3 meses sin vernos. No había problema, todos sabíamos que pasado el verano comenzaría un nuevo curso con muchas más novedades.
Y llegó septiembre, y con él, la 307 abrió sus puertas. Las ‘trescientos’ empezaron a ser un lugar del que no íbamos a querer escapar nunca. Estábamos todos en el mismo pasillo (o por lo menos en la misma planta), y esto hacía que tanto la fiesta como la convivencia no cesaran en ningún momento. En segundo ya no vives con la incertidumbre de qué me habrán preparado hoy, pero la emoción por compartir con tus amigos cada momento seguía estando presente.
Parece que fue ayer el momento en el que entré por primera vez al CERBUNA. Las llaves de la 201 cayeron en mis manos, no sabía dónde estaba entrando ni cómo este sitio iba a poder cambiar tanto mi vida.
La primera vez que ves una habitación de este Mayor, no te dice nada. Una simple habitación: una cama, una mesa, un par de sillas verdes, un lavabo, un espejo, una estantería y un armario. Eso es todo. Sin embargo ahora todo eso ha cambiado. Estas cuatro paredes desde las que estoy escribiendo son cuatro años de recuerdos.
Primero fue un año muy especial, en el que fui conociéndoos. Primeras fiestas juntos, primeros exámenes juntos y… primera despedida juntos. La despedida de primero dio pena, pero solo iban a ser 3 meses sin vernos. No había problema, todos sabíamos que pasado el verano comenzaría un nuevo curso con muchas más novedades.
Y llegó septiembre, y con él, la 307 abrió sus puertas. Las ‘trescientos’ empezaron a ser un lugar del que no íbamos a querer escapar nunca. Estábamos todos en el mismo pasillo (o por lo menos en la misma planta), y esto hacía que tanto la fiesta como la convivencia no cesaran en ningún momento. En segundo ya no vives con la incertidumbre de qué me habrán preparado hoy, pero la emoción por compartir con tus amigos cada momento seguía estando presente.
Y como todo en esta vida, cualquier cosa que empieza, tiene que acabar. Y así acabó la etapa colegial para algunas personas muy especiales. Esta despedida, ya no fue como la de primero. A la vuelta, estaríamos muchos, pero no todos.
Pero de nuevo, llegó el momento de las despedidas, y esta vez parecía ser que íbamos a tener más bajas. La verdad que se os ha echado de menos este año.
Aún con todo, este año hemos seguido bastantes de la cuarta, muchos menos de los que empezamos, pero la relación ha sido de lo mejor que podía ser. A merecido la pena que la 355 haya tomado el relevo. Sin embargo, de nuevo estamos ya en junio, y se acerca una nueva despedida. Esta va a ser totalmente distinta, porque ahora soy yo la que se va de aquí. En dos meses estaré lejos, muy lejos, a unos 8000 km. Estoy segura de que voy a echar de menos todo esto, la gente, el ambiente, las fiestas…
Parece ser que en este momento se cierra una etapa de mi vida, una etapa que nunca podré olvidar. Han sido unos años en los que he aprendido tanto universitariamente como personalmente, y quizás, sea esto último lo más importante que me voy a llevar de aquí.
Quiero dar las gracias a toda la cuarta por estos cuatro años, que me atrevo a decir que han sido los mejores de mi vida. Sé que es muy difícil, pero ójala en algún momento podamos volver a encontrarnos de nuevo la gran mayoría de nosotros. Muchas gracias también al resto resto de colegiales, por todos los momentos vividos.
¡HASTA SIEMPRE, CERBUNA!
Una despedida es la mejor forma de abrir un blog =)
ResponderEliminarEspero que lo mantengas más actualizado que yo.
Un besito Carmen!!